Ferias del libro, al encuentro del lector

martes, 10 de junio de 2008

Hoy día el autor es más accesible que nunca a sus lectores; la dinámica cultural que alimenta la actualidad literaria cuenta con suficientes recursos para ello: campañas de promoción de los libros, presencia frecuente de los escritores en los medios, participación de éstos en eventos culturales de todo tipo, creación de webs y blogs personales...

Todo ello supone un acercamiento entre el escritor y sus lectores, sin precedentes hasta hace tan sólo unas décadas. El escritor ha perdido con ello parte de esa aureola romántica del oficio y, a cambio, ha ganado en popularidad e influencia mediática.

Pero, de entre todos estos eventos, los más populares por excelencia, desde el punto de vista de su proyección sobre el público lector, son las diversas ferias entorno al libro y la lectura que cada primavera se dan cita en diferentes capitales de nuestra geografía. Los objetivos: fomentar la afición lectora, servir de escaparate de las novedades editoriales y poner en contacto y propiciar la actividad de los diferentes profesionales y entidades del sector.

De entre las que cuentan con más tradición, a nivel nacional, destaca la popular Feria del Libro de Madrid. Estos días, del 30 de mayo al 15 de junio, la capital celebra su 75º aniversario. La primera de sus citas se desarrolló el año 1933, en que las principales editoriales madrileñas alinearon sus casetas en el Paseo de Recoletos.

Cuenta Fernando Cendán Pazos en su libro, Historia de la Feria del Libro de Madrid, que este nuevo evento tuvo tal trascendencia en aquellos años que "Para dar mayor realce a tan singular manifestación se organizó un magno festival en el Teatro Español al día siguiente de la apertura de la Feria"; allí concurrieron, aparte de un numeroso público, destacadas personalidades del gobierno republicano y de la cultura, entre los que se encontraban el mismo Presidente, Alcalá Zamora, así como diversos escritores, periodistas y editores.

Otras ferias también importantes en nuestro país, son las de Sevilla, que del 30 de abril al 11 de mayo de este año ha celebrado su 26ª edición; la de Valladolid, que por estas mismas fechas consolidaba su 41ª edición; o la 6ª edición de la Feria del Libro y de la Lectura de Castilla-La Mancha.

Pero... ¿realmente contribuyen estos eventos a aumentar entre los ciudadanos el interés por la lectura?

En mi caso, mi primer recuerdo, y antecedente de lo que después se convertiría en una gran afición, me viene a la memoria, precísamente, de una mañana en que mis padres nos llevaron a mi hermana y a mí a la Feria del Libro de Madrid, y nos dieron dinero para que nos decidiéramos cada una por uno de entre los muchos libros que se exponían en las casetas del Retiro. Yo elegí una recopilación de cuentos egipcios, no recuerdo de qué editorial; creo que ésa fue mi primera compra de libros consciente. De todos modos, yo estaba acostumbrada a ver siempre leer a mi madre, y la lectura era algo habitual en casa.

El carácter festivo y participativo de las ferias, la emoción que despierta el encuentro con los autores favoritos, la amplia oferta de actividades culturales dirigidas a un público familiar, y la exposición de las últimas novedades editoriales, como mínimo son una manera muy atractiva y seductora de apreciar el lado más lúdico de la lectura y de inculcar a los más pequeños la afición por los libros.