Comienzos de libro (4)

domingo, 22 de junio de 2008

Seguimos con la serie de comienzos de libro...

Ya sabeis, se trata de adivinar a qué novela pertenece el siguiente texto, que da inicio al libro en cuestión:

Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece. Winston Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente rapidez para evitar que una ráfaga polvorienta se colara con él.
El vestíbulo olía a legumbres cocidas y a esteras viejas. Al fondo, un cartel de colores, demasiado grande para hallarse en su interior, estaba pegado a la pared. Representaba sólo un enorme rostro de más de un metro de anchura: la cara de un hombre de unos 45 años con un gran bigote negro y facciones hermosas y endurecidas [...]

Como pista....

Su autor, de origen índio, es uno de los ensayistas en lengua inglesa más destacados del siglo XX. Testigo de su época, fue cronista en los años 30 y 40, crítico de literatura y novelista.

De su variada producción, una de las obras que tuvo un éxito más duradero fue la que os proponemos hoy. La novela retrata una sociedad totalitarista situada supuestamente en un futuro cercano, en la que el estado omnipresente obliga a cumplir las leyes y normas a los miembros del partido mediante el adoctrinamiento, la propaganda, el miedo y el castigo despiadado.

En Barcelona una plaza (imagen superior) recibió el nombre de este autor como recordatorio de su estancia en la ciudad como miliciano del POUM durante la Guerra Civil, donde se enroló dispuesto a luchar contra el fascismo. Experiencia que reflejó en otra de sus obras más emblemáticas.